Con estas palabras cerrо la puerta de la ducha. Me lavе el pelo y me enjabonе el cuerpo de pies a cabeza. Tuve la tentaciоn de liberar mi tensiоn sexual, as? que me pasе la mano enjabonada por el cl?toris varias veces, sin dejarme llevar por el orgasmo. Luego me enjuaguе y cerrе el grifo. Cuando abr? la puerta de la ducha, Аngel estaba de pie frente a m?, mirаndome con severidad.
– ?Quе te he dicho de la masturbaciоn? – preguntо sin amabilidad.
– Yo no… – balbuceе. – Quiero decir que sоlo me estaba enjabonando la entrepierna. No pasо nada…
– No me mientas, hermanita -dijo mi hermano con sarcasmo-. – Es una mampara de cristal. Vi lo que hac?as. Y te advert? de lo que vendr?a despuеs.
Empecе a temblar. En parte porque estaba mojada y me estaba enfriando. Y en parte porque ten?a miedo de lo que Аngel pudiera hacerme. Y ese miedo estaba bien justificado.
– Date la vuelta e incl?nate -me ordenо. – ?Ya!
Cuando me di la vuelta, vi a Аngel cogiendo aquel enorme consolador. Por un momento pensе en escapar. Mis manos ya no estaban encadenadas al cinturоn y sab?a que pod?a escabullirme de mi hermano, coger mi ropa y huir de la casa. Pero no me mov?. Le desobedec? y descubr? que su poder sobre m? era mаs fuerte que nunca. Me di la vuelta, doblando la cintura. Me llevе las manos a las nalgas para prepararme para otra penetraciоn en el culo. Аngel no perdiо el tiempo.
– Esta es una lecciоn de cоmo decir exactamente lo que quiero decir, – me ordenо, y sent? la gruesa cabeza del monstruoso consolador presionando contra mi exhausto ano.
– Mеtetelo por el culo, – siseо Аngel.
Esto no es solo un juego
Empujо tan fuerte que casi me derriba, desequilibrаndome. Me inclinе hacia atrаs, y la cabeza golpeо mi esf?nter, tan dolorosamente que se me cortо la respiraciоn.
Intentе soltarme, pero la otra mano de Аngel, que estaba en mi espalda, me empujо y me inmovilizо contra la pared de la ducha, follаndome vigorosa y duramente el ano con su enorme falo. Era muy doloroso, como si mi hermano me estuviera violando con una botella de vino. Agradec? la gran dosis de lubricante que hab?a bombeado en mis entra?as antes de la ducha.
– ?Lo siento, Аngel! Lo siento, por favor. – gem?. – No puedo mаs, ya basta, ?vamos a follar!
– No es sоlo un juego -dijo Аngel con severidad, sin dejar de friccionar con su monstruoso falo en mi culo-. – Si te ordeno hacer algo, hay razones para ello. Con el tiempo te darаs cuenta.
Finalmente, sacо el consolador y lo tirо al suelo.
– Ahora vuelve a la ducha, – ordenо y cerrо la puerta de la ducha.
Abr? el grifo. Ten?a la entrepierna y los muslos resbaladizos por el lubricante, pero me los limpiе. Cuando terminе, Аngel ya sonre?a. La tormenta hab?a pasado. Mi hermano me tendiо una toalla suave y limpia.
– Sеcate y empоlvate -dijo en voz baja, se?alando con la cabeza el tarro de plаstico blanco con talco para bebеs que hab?a en la estanter?a-. – Quiero que tu cuerpo estе suave y terso cuando te acuestes conmigo. Entonces espеrame en el dormitorio.
Sonriо seductoramente y me pasо la punta de la lengua por el labio superior. Me acariciо la mejilla y saliо del cuarto de ba?o.
Mientras yo me preparaba para el acto que se avecinaba, Аngel preparaba la habitaciоn. El dormitorio de su hermano era grande, rectangular. En un extremo hab?a una enorme cama de matrimonio. En el otro estaba la zona de estar, con un sofа, dos sillones, un armario y una mesa de centro. A lo largo de la pared, a un lado de la cama, hab?a dos largos escritorios bajos con espejos encima. Frente a la pared, a los pies de la cama, hab?a un tocador, una silla y otro espejo.
Quitо la colcha, la manta y la sаbana encimera de la cama y las guardо en el armario, dejando sоlo el duro colchоn cubierto con una sаbana de percal ajustada de color morado y cuatro gruesas almohadas.
Аngel abriо el cajоn de los juguetes y sacо los tres consoladores con los que pensaba follarme. Uno era largo, fino y muy flexible, con engrosamientos espaciados uniformemente, como un preservativo relleno de pelotas de ping-pong. El segundo era relativamente corto y grueso, con una enorme cabeza en forma de seta. El tercero era doble, con dos consoladores formando una V.
Mi hermano colocо los juguetes sobre la mesa del salоn, poniendo junto a ellos otro tubo de lubricante anal y tres preservativos. Puso m?sica clаsica. Аngel siempre pensо que la m?sica de cuerda junto con los graves de la trompeta y los ritmos de del tambor la aumentaban su energ?a sexual.
Estuve sentada unos diez minutos antes de que se abriera la puerta del dormitorio y entrara mi hermano. Y cada uno de esos minutos estuvo lleno de ansiedades y fantas?as. ?Cоmo cambiar?an ahora nuestras vidas, con quе har?amos el amor ahora Аngel y yo?
?Cоmo ser?a еl en la cama? ?Insensible o apasionado? ?Duro o suave? ?Tomar?a mаs o dar?a mаs? Pod?a imaginarme mi ?ltimo calvario de cien maneras distintas, y pensar en cada escenario me cargaba de pasiоn y lujuria.
Independientemente de lo que Аngel planease hacerme, me someter?a a еl y me entregar?a voluntariamente. Sоlo esperaba que tuviera la gentileza de liberarme.
Entonces o? a mi hermano acercarse y me puse en pie de un salto. Аngel caminaba lenta y suavemente, como un gato, y sonre?a mientras me miraba. Sab?a que me conoc?a bien. Y yo tambiеn lo sab?a. Durante toda una vida, nos hab?amos estudiado a fondo.
Se me cayо la baba en cuanto entrо en el dormitorio y mi cuerpo se estremeciо de excitaciоn.
– ?Tu culo estа listo para otro juego? – preguntо mi hermano, mirаndome directamente a los ojos.
– Estoy totalmente lista para darte placer, Аngel. No te lo vas a creer… – murmurе en voz baja, casi para mis adentros.
– Ya veremos -respondiо Аngel con indiferencia-. – Pienso hacer contigo lo que me dе la gana. ?Estаs segura de que quieres llegar hasta el final?
– Estoy segura, Аngel, ?por favor! Estoy completamente segura. Puedes hacer conmigo lo que quieras. Puedes. – Estaba un poco avergonzada, pero continuе– Fоllame con lo que quieras, de la forma que quieras, en el orificio que quieras. Estoy aqu? para darte placer.
Mi hermano me mirо a los ojos, que se lo suplicaban. Pod?a ver que estaba a punto de entrar en pаnico ante la idea de terminar la velada sin que se desarrollara nuestro drama, y sab?a que ambos disfrutar?amos esta noche. Me sonriо y abriо los brazos.
– Ven aqu? y abrаzame, hermana. Muy pronto te follarе el culo, y seremos amantes a partir de ahora, – dijo Аngel.
Suspirе aliviada, me acerquе a еl y nos abrazamos, apretando su excitada polla entre nuestros cuerpos. Luego mi hermano me cogiо de la mano y me llevо por el pasillo.
En cuanto entramos en el dormitorio, Аngel se volviо y me besо apasionadamente. Sent? la lengua de mi hermano en mi boca y sus manos en mi cintura, que viajaron hacia abajo, penetrando mis dedos entre mis nalgas. Mi hermano era tan duro, tan fuerte: un verdadero depredador. Y yo estaba dispuesta a entregarme a еl.
Аngel rompiо el beso y me llevо al sofа. Se sentо en el borde y palmeо el coj?n que ten?a al lado, invitаndome a sentarme tambiеn. Me sentе a su lado y esperе.
Mi hermano me pellizcaba los pezones y me acariciaba perezosamente el cl?toris. Me sent?a como en un sue?o: una atmоsfera mаgica, espejos, una cama morada, como un verdadero altar, en el que estaba destinada a entregarme analmente a mi propio hermano, y una m?sica tan extra?a, como sobrenatural. Аngel me dejо mirar a mi alrededor e impregnarme del ambiente sin decir una palabra. Miraba mi cara de excitaciоn con satisfacciоn. Y aunque mi hermano tambiеn estaba muy emocionado, sab?a que no hab?a prisa: era mejor disfrutar de cada minuto.
– Mira la mesa, – dijo con voz suave.
Mirе y me aliviо ver que ninguno de los juguetes que Аngel hab?a preparado era mucho mаs grande que su polla. Pero estaban justo delante de m?, y me di cuenta de que la hora "X" estaba cerca.
– Todo esto es para ti -dijo Аngel-. – ?Te gustan?
– Me alegro de que no sean tan enormes como aquel, – respond? nerviosa.
Durante uno o dos minutos estuvimos sentados en silencio. No pod?a apartar los ojos de los juguetes que Аngel hab?a colocado sobre la mesa. Me imaginaba cоmo se sent?an. Аngel puso sus dedos alrededor de mi cl?toris, apretаndolo y acariciаndolo suavemente. Con la otra mano, mi hermano me acariciaba las mejillas y jugaba con mi pelo mientras observaba mi expresiоn. Luego me cogiо la barbilla y me girо la cabeza para mirarle.
– Estаs a punto de entregarte a m?, y yo estoy a punto de poseerte. Estamos a punto de convertirnos en amantes, hermana. Quiero que te relajes y saborees la idea.
"Sus ojos son tan hermosos", pensе. – "Tan fuertes y seguros, llenos de fuego y pasiоn. Me desea tanto como yo a еl".
Nos miramos a los ojos durante unos segundos y luego empezamos a besarnos apasionadamente. Y los dos sab?amos que no parar?amos hasta que mi hermano me follara. Y hasta que obtuviera satisfacciоn de mi ano. Al principio nuestros besos eran suaves, como de exploraciоn: labios suavemente contra labios, lengua contra lengua, dedos en las mejillas, ojos abiertos. Notaba la tensiоn, pero no quise dar el primer paso y esperе una se?al de Аngel.
– Estаs indecisa, cari?o -se burlо de m?-. – ?No me deseas?
Esa era la se?al que estaba esperando. Tomе la iniciativa y empecе a besarle el cuello, su mano en mi estоmago, sus bonitos y firmes b?ceps.
Agarrе el pezоn de mi hermano y empecе a moverlo entre el pulgar y el ?ndice. Su pezоn era tan deliciosamente carnoso y duro…
Me di cuenta de que los pectorales de Аngel eran muy sensibles y una fuente de gran placer para еl. Empecе a lamer y chupar lentamente sus pezones. Al mismo tiempo deslicе mi mano por su vientre y empecе a tocar r?tmicamente la cabeza de su polla con la yema de mi dedo, que se acercaba a su pubis por la excitaciоn.